sábado, 21 de junio de 2008

Sobre Náufrago o la manera estúpida en que encendemos el fuego

Chuck Noland es un ingeniero de sistemas de Fed Ex que lleva su vida personal y profesional como un reloj. Las exigencias de su trabajo lo llevan a emprender viajes, a menudo sin previo aviso, a lugares lejanos. Ello le obliga a separarse de su novia Kelly. La frenética existencia de Chuck se detiene bruscamente cuando se estrella el avión en el que viajaba y se convierte en un naufrago en una isla remota, aislado del mundo en el entorno más desolado que quepa imaginar. Despojado de las comodidades de la vida cotidiana, debe atender en primer lugar a sus necesidades básicas de supervivencia: su prioridad es buscar agua, comida y un techo. Este consumado resolvedor profesional de problemas ha de aprender a solucionar el problema prioritario de su supervivencia física. Pero ¿y después, qué? Chuck se enfrenta entonces a la agonía emocional de la soledad.

Y lo peor de todo es que Chuck, después de pasarse 4 años en una isla desierta perdida en el medio de Pacifico, descubre al volver que acaba de regresar a un mundo en donde todas las significaciones son ironías. Así, luego de experimentar en carne propia toda la travesía de haber vuelto vivo de ese trágico naufragio, después de sobrevivir en pleno desamparo material y social, entre cuyas primeras actividades necesarias sin duda fue la de procurarse calor mediante el viejo método de hacer fuego frotando maderas o piedras, percibe ahora casi infantilmente jugando con un magiclick la manera estúpida en que actualmente encendemos el fuego.

Fue entonces que una sensación
me arropó como una cobija cálida.
Supe que de alguna forma,
debía conservarme vivo.
De alguna manera,tenía que seguir respirando...
aún sabiendo
que no había ninguna esperanza...
y toda mi lógica me decía
que jamás volvería a ver este lugar.
Y eso fue lo que hice.
Me mantuve vivo.
Seguí respirando.
Y un día se comprobó que esa lógica
estaba equivocada...
porque la marea...
llegó y me trajo una vela.
Y ahora estoy aquí.
De regreso.
En Memphis, hablando contigo.
Tengo hielo en mi vaso.
Y he vuelto a perderla.
Estoy muy triste
por no tener a Kelly.
Pero estoy muy agradecido de que ella
haya estado conmigo en esa isla.
Y ya sé lo que tengo que hacer ahora.
Debo seguir respirando.
Porque mañana saldrá el sol.
¿Quién sabe qué traerá la marea?